FOUCAULT: DEL PODER AL GOBIERNO
FACULTAD DE HUMANIDADES
CURSO DE POSGRADO
FOUCAULT: DEL PODER AL GOBIERNO
TEMA: LA RELACION ENTRE LA GUBERNAMENTALIDAD Y EL PASTORADO EN LA MODERNIDAD
Prof. y Lic. Moauro Betania y Prof. Cesar Carrillo...
Año: 2018
DOCENTE
A CARGO:
DR. ALEJANDRO RUIDREJO
Introducción
El problema de la gubernamentalidad en Michel Foucault es uno de los temas, tal vez más controversiales que tiene como escritor y filósofo, y la relación que se refleja entre el pastorado y los procesos de adoctrinamiento y ejecución del poder demuestran la aplicación de una gubernamentalidad solida que duró varios siglos. Por ello, lo que se propone en este trabajo, no es solo sondear la relación fluctuante que se desarrollaron entre el pastorado y la gubernamentalidad que se configuró en la imagen del monarca que gobierna un Estado, sino que, puntualmente, lo que se pretende es realizar un análisis acerca de cómo se produjo la gubernamentalidad en el seno del pastorado y que técnicas o dispositivos de poder utilizaron para controlar a los fieles.
En el curso que dicta Foucault a finales de los setenta se preguntó, repasando los lineamientos de los dispositivos de poder de las instituciones dedicadas al adoctrinamiento y control de las conductas, como hospitales mentales, instituciones educativas etc. si se puede aplicar todo esto pero a una entidad más general y desde el punto de vista externo, en este caso el autor se refiere al Estado como el gran organizador y ejecutor de estas tecnologías del poder. Ahora, más allá de la pregunta de Foucault, la que nosotros nos hacemos es ¿por qué el pastorado fue considerado por el autor como un ejemplo para la gubernamentalidad propia de los Estados modernos? Y lo más importante ¿que ha ocurrido para que se desmorone esta estructura dispositiva del poder?
En otros términos, nos dedicaremos a sondear en los antecedentes que el mismo Foucault muestra como grandes ejemplares de ejecución de la gubernamentalidad llevada a cabo dentro del pastorado, y como finalmente, estos dispositivos o tecnologías de poder decaen en forma de rebeliones esparcidas durante todo el Medioevo.
Desarrollo
- El pastorado como ejemplo de una gubernamentalidad eficaz:
Para hablar de gubernamentalidad, primeramente, debemos comenzar por la definición de gobernar, definición que es ciertamente variada y un tanto ambigua, pues se refiere, tanto al uso del término que da alusión al modo de manejar algo o conducir algo correctamente o bien se entiende por imponer algo, por ejemplo, un régimen a un enfermo, en tal caso nos referimos al sustento de medicamentos o de un tratamiento apropiado, etc. También se puede referir a la conducta, es decir, gobernar la conducta de alguien, aquí el autor se estaría refiriendo a una definición moral del término, pues, socavar sobre la conducta que debe tener una persona que esté bien gobernada, en principio, tendrá que ver con las pautas culturales y sobre todo morales de cada sociedad. De modo que, advierte Foucault, que antes de adoptar dicho termino al ámbito político exclusivo que se dio a partir del siglo XVI, abarcó un dominio bastante amplio, pues, también se refería al desplazamiento en el espacio, al movimiento, a la subsistencia material, entre otros. Se refería a todo lo que tenga que ver con los cuidados que se le puede proporcionar al individuo y a la salvación que se le puede asegurar, alude entonces al dominio que se puede ejercer sobre uno mismo o sobre los otros; el control que se ejerce, tanto sobre su conducta como sobre sus almas.
Finalmente, se refiere también a un comercio, a un proceso circular o de intercambio de un individuo a otro, pero dice el autor, que de todos ellos se deja entrever que al referirnos al gobierno podemos afirmar que, nunca se refiere al gobierno de un Estado, nunca se gobierna un territorio, una estructura política, sino que los gobernados son hombres y mujeres, son gentes o colectividades, es decir, no se gobierna al individuo en sí mismo, de forma directa, sino a este como formando parte de comunidades, aldeas o sociedades, se lo gobierna en tanto pertenece a un grupo, porque lo que se gobierna es el grupo como totalidad. Aunque claramente, al gobernar una ciudad que está integrada por personas se los gobierna también a ellos pero, según Foucault, el hombre solo es gobernado de forma indirecta[1]. "... Y son gobernados en virtud, por intermedio de su situación de embarcarse en ella (la nave). Pero quien está a la cabeza de la ciudad, no los gobierna directamente..."[2] Se refiere o menciona como ejemplo la nave, que vendría a ser el barco, porque de la misma manera que el capitán se hace cargo, no solo de la embarcación sino también de su tripulación, dejando entrever que un Estado se constituye por la totalidad de las instituciones y ciudadanos que lo componen y como, en última instancia, la armonía o equilibrio de paz, y de seguridad es lo que importa para determinar que un Estado funciona bien. Ahora, primar el bien para la mayor cantidad de gente descuidando a las minorías, si bien es una aplicación que se dio a partir de las lecturas e interpretaciones que se hicieron durante el siglo XVII sobre, por ejemplo, la obra El Príncipe de Maquiavelo, no es parte del modelo que le ha servido a la gubernamentalidad propia de esta época, al contrario, Foucault se remonta a la influencia que ha tenido el Estado moderno del Oriente precristiano y luego del Oriente cristiano propiamente dicho.
Estas ideas que se remiten al gobierno en realidad, se dan en dos formas, la de la idea y la organización de un poder de tipo pastoral y el segundo, la de la dirección de conciencia, o la dirección de las almas.
En cuanto a la idea de asociación que se da, por ejemplo, entre la figura del rey y la figura del pastor que gobierna el rebaño, podemos asentir que, se trata de una asociación típica o propia del oriente mediterráneo, pues esto se encuentra en Egipto, Asiria, en la Mesopotamia y en el pueblo hebreo. En estas civilizaciones el rey es al mismo tiempo rey y pastor de los hombres. En cuanto que el rey es el pastor de los hombres se lo asume como igual a Dios, por ello se considera al rey como la encarnación o figura subalterna de Dios sobre la tierra, puesto que, este último debe cuidar su rebaño y devolvérselo al final de la jornada sana y salva. Entonces, así como el pastorado guarda una relación especial entre Dios y los hombres, el rey también vendría a ser un intermedio entre ambos.
De este modo, siguiendo a Foucault, diremos que el poder que tiene el pastor no lo ejerce sobre un territorio, exactamente, sino sobre su rebaño, sobre su emplazamiento, el movimiento que lo hace ir de un lado al otro, el recorrido que realiza se encuentra dirigido al poder que posee el pastor sobre una variedad de movimientos.
El Dios hebreo es un dios caminante que surca los prados y se desplaza conduciendo a su pueblo, como hace Moisés cuando dirige su pueblo hasta la tierra prometida.[3] Así, el poder pastoral se ejerce sobre una multiplicidad en movimiento.
Vemos, de esta manera, como la gubernamentalidad halla, como ejemplo, en la forma de proceder del pastorado una expresión que luego afirma Foucault, se deteriora debido a que las tecnologías del poder decaen en conjunto con una serie de hechos que debilitan el poder que encarna el pastorado hacia finales ya de la edad media.
Pero siguiendo con el poder pastoral, diremos a colación, que se caracteriza por tener un poder en general benévolo, es decir, que tiene como fundamento hacer el bien y esto implica salvar al rebaño, y es aquí también que se lo puede relacionar con el objetivo que tiene todo soberano, pues su fin es salvar la patria. Sin embargo, cuando hablamos en términos del pastorado, nos referimos específicamente a la subsistencia; es el pastor quien asiste haciéndose responsable, específicamente, de su alimentación y bienestar general. Este poder es el que brinda seguridad a su rebaño, incluso se podría decir que su misión se basa en proveer sustento a su rebaño y debido a esto la responsabilidad sobre su cuidado es su misión principal. "... el pastor es el que vela. Vela... en la vigilancia del mal que puede hacerse, pero sobre todo de las desventuras que pueden sobrevenir...velará porque las cosas sean lo mejor posible para cada uno de los integrantes del rebaño..."[4].
Empero, también existe un mal pastor, afirma Foucault, este sería aquel que piensa solo en las pasturas para su propio beneficio, es decir, engorda y descuida al rebaño para luego venderlos; el pastor bueno debe por el contrario estar al servicio del rebaño y es de algún modo un intermediario entre éste y la subsistencia que le permite las pasturas. Además, debido a la responsabilidad mencionada que sopesa sobre el pastor, este se configura como un poder individualizador, es decir que, así como piensa en el rebaño como totalidad que debe proteger también piensa en cada uno de sus integrantes, por eso el pastor cuenta las ovejas antes y después de pastar, incluso este pastor es capaz de sacrificarse por su rebaño, pues el sentido de su vida es el bienestar del rebaño, más basta con que no descuide a ninguna de sus ovejas.[5]
Al establecer una relación con el gobierno que imparte el Estado moderno podemos ver que, ciertamente, en este aspecto es contrario a la forma de considerar al rebaño que tiene el pastorado, pues el cuidado por todos y cada uno no impera en la gubernamentalidad moderna, sino tan solo el mayor bien para la mayor parte de la gente, pero el cuidado, en tanto procurar asistencia y alimento a cada individuo, es lo que no cumple el Estado. En todo caso, el gobernante en sí se asimilaría a la imagen del pastor malo que descuida su rebaño e intenta proveerse para sí el mayor sustento posible sin que considere a los que más lo necesitan, incluyo, el pastor que se preocupa por la oveja descarriada, que va detrás de ella para unirla a la manada tampoco se da en la imagen del monarca, siendo que es al revés, para todo descarriado que dificulte el control de la manada y que entorpezca su función como gobernante, le deparará alguna institución de adoctrinamiento que se ajuste a lo que creen que necesita para modificar su conducta, llámese orfanato, Instituciones educativas, siquiátricos, geriátricos o cárceles.
La imagen del pastor como procurador de sustento no se da entonces en el soberano, o por lo menos aunque haya sido su modelo no ha podido ser aplicado con eficacia a la realidad de la gubernamentalidad en los Estados modernos
- El derrumbe de las tecnologías de poder del pastorado:
Para profundizar más en las cuestiones que venimos diciendo, continuaremos con algunas aclaraciones al respecto. En realidad, el problema central que se da entre las dos dimensiones del poder en la edad media no se da entre la Iglesia y el Estado, sino entre el pastorado y el gobierno. Y con respecto a la forma de gobierno que sostenía el pastorado hasta ese entonces sobre el adoctrinamiento y conducción de las almas, de la conducta en sí misma, Foucault se preguntó lo siguiente "... ¿no hubo formas de resistencia que se le opusieron en su carácter de conducta?..."[6] y ¿a dónde condujeron, en última instancia, estas rebeliones?
Puntualmente, el autor se refiere a las crisis que enfrentó el pastorado que se dieron desde el inicio de la edad media y hasta el siglo XVI, él los denomina los grandes topes externos del catolicismo y el cristianismo. Pero fueron en realidad focos de resistencias pasivas de las poblaciones que estaban en vías de cristianización y siguieron estándolo en la época tardía de la alta edad media; también había resistencias activas que llevaron a un enfrentamiento más notorio con el pastorado, como por ejemplo, la brujería o las herejías que atravesaron todo este período. Al mismo tiempo, se puede mencionar como otro tope externo, el de las relaciones entre el pastorado y el poder político que se inició con el desarrollo de las estructuras económicas entre otras.
Como hemos asentido líneas más arriba, el pastorado se centra en ser un poder específico que se asigna como objeto la conducta de los hombres, trayendo luego aparejado una serie de rebeliones de conducta, denominadas así porque lo que pretendían era ser conducidos de otra manera, ya sea por otros conductores u otros pastores, e incluso hacia otras metas y otras formas de salvación[7].
Desde fines del siglo VII y principios del XVIII muchas funciones pastorales se retomaron en el ejercicio de la gubernamentalidad, pero debido a que, desde que el gobierno pretendió hacerse cargo de la conducta de los hombres, los conflictos de conducta comenzaron a gestarse con un tinte político y no tanto ya religioso, como ocurría anteriormente. El autor menciona algunos casos, como ser, la guerra. En un principio alistarse era voluntario pero por los siglos mencionados anteriormente, la misma se convirtió en un comportamiento ético del buen ciudadano, a tal punto que negarse a esto fue considerado una contraconducta moral. También menciona la francmasonería, que por ser una sociedad secreta y manifestar objetivos particulares distintos de los presupuestos por la gubernamentalidad oficial también era considerada como una contraconducta.
Así mismo, como el pastorado que se había desplegado, en gran parte, a través de diferentes instituciones, sufrió un fuerte enfrentamiento hacia la medicina. El rechazo se debía a una resistencia frente a las nuevas alternativas medicinales y a los tratamientos, así como a la vacunación, y por ello podemos considerar que los movimientos de disidencia religiosa se conectaron con la resistencia a la conducta médica.
Pero la crisis del pastorado se acrecentó, no solo por estos hechos, sino también por otros. Ya desde los primeros siglos del cristianismo se asiste a todo un desarrollo, a una extrema compilación de técnicas y procedimientos de pastoreo, y desde aquí se formó un dimorfismo o estructura binaria en el seno del mismo pastorado, nos referimos a la división entre clericós y laicos. Esto, afirma Foucault, planteó una disconformidad desde el principio, pues eran evidentes los beneficios que tenían los laicos, sobre todo en lo que respecta a la riqueza y a lo espiritual, pues se creía que estaban más cerca del paraíso que los demás. También la practica sacramental, ya dentro de la institucionalización del pastorado, que les permitía gozar de un poder ilimitado en tanto que el sacramento es la posibilidad de unión que encuentran los católicos con Dios pero que solo puede ser impartida mediante el sacerdote.[8] Esto produjo un descontento por parte de los laicos que veían amenazados también su poder frente a la autoridad que representaban los sacerdotes.
Así, desde el punto de vista político, se puede hablar de una imbricación de ese pastorado con el gobierno civil y el poder político. Se podría hablar de una feudalizacion de la iglesia, del clero secular pero también del clero regular.
Luego, para completar estos sucesos de enfrentamientos o cotraconductas, la aparición en la práctica pastoral de un modelo esencialmente laico, que es el modelo judicial, también produjo enfrentamientos y rebeliones, pues, se hace obligatoria la confesión desde 1215, con la pena del purgatorio como castigo. Así penetra el modelo judicial en la iglesia brindándole un papel y un poder inesperado, puesto que a partir de ese momento podían decidir quien vivía y quien moría o cuál sería su castigo, en el mejor de los casos, si sobrevivía. La santísima inquisición es la muestra de la imbricación que se dan entre el poder de gobierno de las almas y las técnicas del pastorado, ambas se juntan para penetrar en la conciencia y la vida personal de cada sujeto determinando hasta las últimas situaciones de su vida, fecundando la fe por medio del temor al castigo.
Al mismo tiempo, Foucault también menciona cinco formas de contra conducta específicas que pretendieron revertir, trasformar y disuadir el poder pastoral en la economía de la salvación, de la obediencia y de la verdad. Puntualmente el autor menciona el ascetismo, las comunidades, la mística, la escritura y la creencia escatológica. Y si nos preguntamos, ¿por qué todas estas formas de contraconductas se transformaron en una amenaza para el pastoreo de fines del Medioevo? La respuesta sería la siguiente, mediante el ascetismo el creyente se independiza de la imposición de la iglesia, pues el control de su cuerpo y el sufrimiento impartido depende únicamente de él mismo, ya no de una entidad externa que puede gobernarlo o imponer sobre sí ciertos castigos, de modo que, es más difícil el control por parte de la iglesia sobre los ascetas.
En el caso de las comunidades, también se consideran como difícil de controlarlas, pues no es lo mismo un grupo de personas aglomeradas bajo su control que las comunidades en donde se pueden gestar rituales y festividades que el pastorado no puede manejar. La mística, por su parte, fue otra práctica que es ajena al cristianismo, debido a que el místico es el que encuentra una vía de expiación directa con Dios y en la cual el sacerdote o pastor no tiene cabida perdiendo así su poder y control sobre estos creyentes. Luego, tenemos a la escritura, que bien sabemos que produjo una de las grandes revoluciones a fines de esta época y que la iglesia se esmero por resguardarla de los laicos es decir, evitaban el contacto que pudieran tener con estos documentos, relegándolos a la exclusividad de una tarea realizada solamente por los monjes en los monasterios.
Finalmente, las creencias escatológicas, estas se consideraban una amenaza para el control que impartía la iglesia en tanto institución, porque basados en estas creencias, si Dios regresaba la función del pastor finalizaría y con ella todo se derrumbaría, el imperio que han edificado basado en las torturas, la imposición de castigos, creencias y todo el aparato disciplinario que caracterizó al pastorado en tanto conductor de las almas se desplomaría.
Ahora, el hecho de que después la iglesia haya tomado para sí estos eventos como si pertenecieran a su propio desarrollo no fue más que artilugios que han llevado a cabo por conveniencia, como por ejemplo, la santificación de muchas personas que en su momento fueron consideradas como brujas, la beatificación de Juana de Arco es el ejemplo más claro, pues luego de su muerte y con el ascenso del papa Calixto tercero quien declaró su inocencia y mandó a juzgar como herejes a los jueces que la imputaron, y aunque su beatificación se dio recién en el siglo XX, muchos otros hechos como este fueron aceptados solo como estrategias en un intento de revertir lo que ya era inevitable, el advenimiento de la separación de las iglesias protestantes de la católica. [9]
Conclusión
Por todo lo expuesto podemos asentir que, el pastorado y su estructura disciplinaria ha servido como ejemplo para la ejecución de diferentes dispositivos de poder, como el control de la conducta, en tanto resguardo de lo moral y el cuidado de la salud, dentro de una comunidad. Este control se traslada paulatinamente desde el clero y se diversifica entre los laicos en donde ese disciplinamiento termina en los que han sido llevados a cabo por los Estados modernos. Y si bien es difícil escapar a las tecnologías de poder que el modelo pastoral ha llevado a cabo durante tantos siglos, hemos demostrado que las revueltas o rebeliones de conducta, como un movimiento anticlerical del siglo XIII, pudieron derribar las estructuras de poder que se daban en ese momento por parte de la iglesia, desactivando las prácticas de control de la sexualidad, por ejemplo, y aunque tal vez no hayan ocasionado otra cosa que la modificación permanente de lo que se llamó luego "el arte de gobernar" enfocándose en el adoctrinamiento absoluto de la conducta, pudieron resquebrajar un sistema que, en todo caso, ya veía su propio final, pues fueron muchos siglos de hostigamiento y amedrentamiento, por parte de la Iglesia católica.
Ahora, el precio que se ha pagado por resistirse a estos dispositivos de poder ha conllevado a la aplicación de penas que fueron desde el suplicio hasta la muerte y, por lo tanto, millones de personas murieron producto de este tipo de aplicación disciplinaria de la conducta.
Sin embargo, podemos asentir que, el poder Estatal que proseguiría después con la misma ejecución de las normativas de control de las conductas, pero ya incorporadas a una reglamentación administrativa legal dentro del Estado demuestra que, en realidad, es imposible escapar de las estructuras de poder, ya sean las que se han impartido por la iglesia durante todo el Medioevo o las que se avizoran finalizada esta época, el sujeto se halla sumido en un sistema que le cambia el formato, el esquema pero que los lineamientos de control siguen siendo los mismos. Se encuentra condenado a sumirse en una variable tóxica que lo adoctrina a un modelo u a otro pero que del mismo no podrá escapar jamás.
Bibliografía
- BORDIEU, Pierre; ¿Qué es hacer hablar a un autor? A propósito de Michel Foucault
en Intelectuales, política y poder. Buenos Aires, Eudeba, 1999.
- FOUCAULT, Michel, Foucault en Obras esenciales. Estética, Ética y Hermenéutica,
Barcelona, Paidós, 1999.
- -------------- El filósofo enmascarado en Michel Foucault, Obras esenciales. Estética,
Etica y Hermenéutica, Barcelona, 1999.
- ------------- Diálogo sobre el poder en Michel Foucault, Obras esenciales. Estética,
Ética y Hermenéutica, Barcelona, 1999.
- ------------- Las mallas del poder en Michel Foucault, Obras esenciales. Estética, Etica
y Hermenéutica, Barcelona, 1999.
- ------------- Defender la sociedad, clases seleccionadas. Buenos Aires, F.C.E, 2000.
- ------------- La gubernamentalidad en Michel Foucault, Obras esenciales. Estética,
Ética y Hermenéutica, Barcelona, 1999.
- ------------ Seguridad, Territorio, Población, clases seleccionadas. Buenos Aires, F.C.E,
2006.
- ------------ Nacimiento de la biopolítica en Michel Foucault, Obras esenciales. Estética,
Ética y Hermenéutica, Barcelona, 1999.
- ----------- Nacimiento de la biopolítica, clases seleccionadas. Buenos Aires. F.C.E,
2007.
[1] Cf. FOUCAULT, Michel. Seguridad, Territorio, Población. (Clase del 8 de Febrero de 1978). México, ED. Fondo de Cultura Económica. pp. 147- 149.
[2] Ibíd. p.150.
[3] Cf. ibíd. pp. 153-155.
[4] Ibíd. p. 156.
[5] CF. Ibíd. pp. 151-158.
[6] Ibíd. (Clase del 1 de Marzo del 1978) p.225.
[7] Las técnicas que el pasteador utilizaba como medio de control de las personas tubo una denominación específica por San Gregorio Nacianceno, fue este quien se refirió a este proceso como economía de las almas, sabemos que en la Grecia antigua esto era una referencia que se utilizaba para la administración del oikos griego, pero luego esto se hizo extensivo a toda la cristiandad incorporándole el tema de la salud de las almas. Luego los latinos tradujeron el término economía por régimen de las almas y finalmente en el siglo XV Montaigne se refería al término como conducta o conducción de las almas. Y precisamente frente a este modelo de conducción de la salmas es que la iglesia tuvo que enfrentar ciertas rebeliones que, en mayor o menos medida, produjeron un quiebre en su gobierno o administración de la fe frente a los fieles. Cf. Ibíd. pp. 223-224.
[8] Cf. Ibíd. 233-240.
9 Cf. Ibíd. 233-260.